martes, 5 de julio de 2016

Año 60 AC: Lex Iulia Agraria: primer referéndum legal vinculante.


¿ De qué vamos a hablar en esta entrada? Pues vamos a hablar de la capacidad del pueblo para tomar decisiones sobre cuestiones complejas; vamos a hablar de la responsabilidad de gobernantes y de gobernados; vamos a hablar de la verdad y la mentira y vamos a cuestionarnos la famosa máxima que nos aseguraba que "vox populi, vix dei"; algo que, vista la reputación de Dios como vocero de sí mismo, ya nos da una idea bastante aproximada sobre las conclusiones finales.

La razón del título se basa en la búsqueda de un precedente histórico que nos pueda dar idea sobre la trascendencia de una importante decisión tomada, en vez de por los "profesionales" del Senado, por el pueblo romano. Es muy posible que existan otros precedentes más válidos, pero mi ignorancia da para lo que da y para el caso, me doy por satisfecho. ¿Que pasó ese año 60AD para darnos claves tan válidas? Pues pasó que Julio César ejercía el segundo año de su primer consulado, cúspide soñada por todo romano que emprendiera el llamado "cursus honorum" o carrera política, denominación más contemporánea y entendible. Curiosamente, su compañero de consulado, Marco Calpurnio Bíbulo, un plebeyo de antigua familia, se oponía a su colega patricio construyendo un imposible binomio en el que se representaban las dos tendencias dominantes del senado y de la sociedad romana: los "optimares", también llamados "bonis" u hombres buenos: reaccionarios inmovilistas y feroces enemigos de los "populares", encabezados por César, actuando más en representación de sí mismo que de partido alguno. 

Bloqueada su ley en el Senado, obstaculizados los debates por la terquedad -y capacidad física - de Catón el joven, facultado para discursear desde la mañana a la noche y así impedir votaciones imposibles una vez puesto el sol, César rompe moldes, dinamita las tradiciones y lleva su ley ante el pueblo para ser votada sin la aprobación del Senado. El pueblo, entusiasmado  con que le dejaran participar, vota favorablemente y además, se divierte llenando de mierda al cónsul junior que, dolido y rabioso, se retira a su casa el resto del año buscando excusas para hacer nulas todas las decisiones tomadas en el que se conocería, desde entonces, como el consulado de Julio y César; en contra de la regla que obligaba a nombrar el año como Consulado de César y Bíbulo. No contento con ese resultado y ya en completo enfrentamiento con el Senado, César recurrió a la asamblea ciudadana en otras ocasiones, dejando que el pueblo -absolutamente ignorante e inexperto - hiciera modificaciones a las leyes votadas y organizara bastantes líos en la "res pública", especialmente en lo referente a la enrevesada y compleja organización de las provincias.

Populares vs conservadores y oficialistas; inmovilistas vs renovadores; proletarios ( de "proletario", el que no posee más capital  o fortuna que su prole ) contra senadores; ignorantes contra expertos...¿nos suena de algo? Creo que nos suena y mucho y si pensamos en la relativa sencillez del mundo romano comparado con la complejidad de realidad actual, veremos que, si aquellos ya fallaron, es muy complicado que los profanos acertemos en la toma de decisiones que, hoy, son más complicadas y difíciles de lo que han sido nunca.

Marginalia: Los griegos, si no me equivoco, votaban de forma directa en asamblea, pero no votaban -si meto la pata, que alguien sea tan amable de decirlo, que lo agradeceré - sobre medidas tan complejas como las que una ley romana llegó a representar. Eso no  quiere decir que las medidas votadas no tuvieran enjundia y calado, pero las entiendo como diferentes. Acabo la digresión y vuelvo a la actualidad, que estos paseos son agradables y como este blog no quiere titulares, me los permito como un lujo personal.

Cuando César hizo lo que hizo, tuvo cuidado en suplementarlo con algo realmente novedoso que hoy nos parece casi básico: pagó de su propio peculio a los copistas para que colgaran su ley en foros y basílicas y mandó a varios de sus libertos al foro para que estuvieran a disposición de los ciudadanos y pudieran explicar dudas y trasfondos. ¿Os imagináis a los actuales diputados en un tenderete -mesa de borriquetas y toldillo instalado en plazas y aceras del Congreso - a disposición de todos para explicar, despacio y de forma sencilla, las razones y motivos de su postura ante una ley? Sería curioso analizar tanto las preguntas como las respuestas de aquellos que de la ley a explicar solo conocen la obligación de mirar el dedo del jefe del grupo para votar lo que está mandado.

En lugar de tan meritorio esfuerzo, las masas de hoy acuden a las votaciones, referendums incluidos, con una vaga idea de lo que está en juego y en muchos casos, con la cabeza llena de mentiras que acaban por inclinar la balanza a un lado y durante un largo periodo de la historia sin que la legalidad y la costumbre política nos de amparo ante el engaño. ¿Es lógico? Y que conste que no sólo hablo de España, pago al que no nos llegó esa necesaria revolución calvinista que tanto bien hizo a la causa de la verdad y la honradez y que tanto mal hizo en otras áreas de la sociedad humana, no: acabamos de ver lo que ha pasado en Uk y da miedo pensar lo que nos puede venir detrás, como si de la cola de un cometa que cruza Europa se tratara.

Las grandes enseñanzas de este último proceso son espeluznantes y podemos resumirlas de forma muy breve:

1º.- Los triunfadores no tardaron 24 horas en reconocer que las más importante premisas de su discurso eran completamente falsas y de imposible realización.

2º.- Una parte importante de los que acudieron a votar, no tenían ni la más remota idea de las consecuencias prácticas de su voto.

3º.- Una parte importante del electorado, ajeno a la asunción de su responsabilidad como ciudadano, se quedó en casita o no votó confiado en el resultado favorable de su opción basado en lo que "decían las encuestas": que otros me lo voten por mi, por favor, que a mi como que me da pereza.

4º.- La división social del Reino Unido es de "toma pan y moja,  con brechas de muy complicada sutura: Londres, Escocia y esa rareza histórica llamada Irlanda del Norte ya claman por "buscarse la vida" y dejar a la Union Jack hecha jirones y casi monocromática.

5º.- Estos procesos se convocan "sin red"; no hay salvavidas y como dijeron los  jefazos de Bruselas "no es no", pero...

vamos allá con el "pero":

a.- ¿Puede tal proceso ser vinculante cuando la decisión mayoritaria se ha basado en demostrados engaños, mentiras y falsedades? ¿No hay castigo para el fraude y la estafa? ¿Vamos a dejar que se consagre el éxito del estafador?

b.- Los ganadores, los que la han liado parda, han tardado días en salir por piernas y que lo que viene les pille a otros, pues saben que tras el no, lo que queda es otra edición del famoso "sangre, sudor y lágrimas". A esa figura se le llama embarque, cobardía y otras muchas denominaciones mucho más escatológicas.

c.- ¿No hay un tribunal ético, moral o de simple sentido común, que pueda dar marcha atrás invalidando los resultados y eliminando de la vida política a esos que han reconocido, sin vergüenza ninguna, que son tahures, mentirosos, fulleros e inmorales?

d.- ¿Puede un pueblo inerte, desinformado, medio lelo, indolente, irresponsable y perezoso tomar decisiones de tal trascendencia?  ¿ Aquello que nos enseñaban de que "todo para el pueblo pero sin el pueblo" del Despotismo Ilustrado debe ser considerado, hoy, una opción válida?

No tengo conclusión de validez universal para el caso, pero se me abren las carnes viendo que una sociedad con todas las posibilidades de información, formación, análisis y debate es capaz de volverle la espalda a sus inmensas posibilidades para instalarse en una esplendorosa estupidez voluntaria. Nunca ha sido más sencilla la progresión intelectual individual y cada vez el bagaje intelectual, personal y colectivo, es más pobre y vulnerable a la manipulación.

¿Que coño nos está pasando que vemos acercarse el desastre con cara de vacas imbecilizadas viendo pasar los trenes sin ser capaces de reacción alguna? 

Sinceramente, no entiendo nada, lo confieso.

  


lunes, 4 de julio de 2016

A vueltas con Europa


Europa eternamente raptada

Los hijos de la Gran Bretaña han decidido que no quieren pertenecer más a la Unión Europea. Otro momento habrá para comentar la información que han manejado para tomar esa decisión, las mentiras vertidas y la cuestión de que decisiones pueden o no tomar los ciudadanos cuando se trata de cuestiones muy complejas cuyo análisis requiere de expertos y verdaderos profesionales. Hoy quiero poner la neurona a trabajar sobre la idea de si existe realmente una Europa sobre la que construir algo que merezca la pena.

Lo primero que podemos observar es que fue raptada, algo que nos viene estupendamente para pensar en si esta Europa actual ha sido, como la primera, raptada y por quién. La UE es demasiado compleja como para aceptar demasiadas simplificaciones, pero esa misma complejidad le ha convertido y mudado en distante, ajena, lejana y oscura, terriblemente oscura para unos y demasiado transparente para los que conocen sus modos y costumbres. Y quien mejor conoce a Europa y la ha seducido hasta el desfallecimiento y la completa entrega es el dinero, moderno Zeus que no ha tenido que cruzar el Mediterráneo desde la lejana Fenicia hasta Creta (otro paralelismo mitológico que alguno podría interpretar como profético, ya que estamos) con su esquiva amante cargada a los lomos, no. Ha bastado con enseñarle sus mórbidos encantos para que fronteras e instituciones cayeran fulminadas y entregadas a una orgía de complacencia cuyos placeres no han descendido a los comunes.

La cosa no es nueva, que ya los romanos hicieron de sus dominios un espacio abierto a l comercio sin trabas, verdadera sustancia y alma de su imperio, pero aquellos dominios estaban muy jerarquizados y el dinero marcaba distancias que nadie osaba acortar. Podríamos poner un cierto punto de referencia relacionando los modernos funcionarios y políticos europeos con los antiguos "publicani",  aquellos que, de una forma muy romana de gestionar la "res publica" acababan sirviendo a dios y al demonio, lo público y lo privado, sin distinguir demasiado bien entre ambos amos. (Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/Publicano ) Posiblemente, uno de los grandes males de esta Europa neoplásica es que hunde sus raíces en lo que inicialmente era un acuerdo meramente comercial, muy orientado a lo económico y que todo lo social le ha venido un poco impuesto, como añadiduras a una estructura en la que los ciudadanos no acabamos de encajar. No en vano, el Diccionario de Oxford toma como origen etimológico del verbo llorar, cry, la denominación latina de ciudadano, "quirite" afirmación que podemos tomar como cierta porque viene muy bien para justificar el llanto de los modernos "quirites" europeos que tan lejos viven de las bondades financieras conseguidas por el moderno Zeus de los mercados y su rapto institucional.

Pero, ¿de verdad existe europa? ¿qué Europa perseguimos? ¿qué Europa es posible? Si miro atrás, a la historia convulsa de ese espacio llamado Europa, puedo ver que es "casi" romana; "casi" sacralizada como imperio romano germánico, "casi" otomana y otros  muchos "casis" con un sólo  

denominador común: la guerra o la ausencia de paz, como queramos llamar a la figura y sólo por eso, por eliminar tan monótona costumbre de masacrarnos unos a otros, vale la pena que esta Europa ahora amenazada se abra a los ciudadanos, a ese modelo de beneficios sociales y avances en los derechos de los trabajadores; a la Europa de la cultura con vocación universal y humanista que levante la bandera del hombre y su bienestar para limitar la voracidad del dinero.

¿Un ejemplo? El capital vuela de país en país con el sólo esfuerzo de presionar el botón de un ratón, pero una empresa europea, holandesa por más señas, no puede contratar a un españolito -a mi, sin ir más lejos - sin más trámite que formar un modelo de contrato europeo válido para todos sus miembros y que garantice los derechos y obligaciones del trabajador en su país de residencia. Parece sencillo, ¿no?, pues posiblemente porque es imposible, los ciudadanos piensan que la UE sólo faculta el libre vuelo del capital mientras deja anclados a sus ciudadanos.

Como primera aproximación a la idea, me sirve, que el tema da para mucho

domingo, 3 de julio de 2016

Computer says NO


Para confirmar que el azar lo gestiona casi todo, ayer nos despedimos de Alvin Toffler a la vez que mantenía una conversación muy agradable sacando punta a la frase que encabeza esta entrada: La computadora dice NO.

Es verdad que el cambio es la manera en la que el futuro entra en nuestras vidas, pero si pensamos un poco en la frase de marras - con independencia de reírnos de los muchos gags que podemos encontrar  archivados en https://www.youtube.com/watch?v=0n_Ty_72Qds&list=RD0n_Ty_72Qds#t=2 como parte del programa Little Britain - veremos que empezamos a convivir con un futuro en el que el centro, el foco de toda actividad humana, se va desplazando desde el hombre hacia otros paradigmas a los que, todavía, no puedo bautizar adecuadamente. La historia nos demuestra la facilidad con la que el ser humano se acomoda a obedecer sin cuestionar lo adecuado o conveniente de la orden. Los juicios de Nuremberg consagraron esta máxima y posteriores investigaciones de la psicología social confirmaron que, efectivamente, el hombre es capaz de casi todo si recibe una orden adecuada, sea cual sea el entorno en el que recibe la orden. (Stanley Milgram, 1963, Universidad de Yale. Ficha en https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram para los curiosos) Dicho esto, muchos profesionales se van adaptando a relacionarse con la realidad a través de los programas que ejecutan las máquinas, adaptando sus propias conductas a normas y protocolos que estandarizan sus conductas hasta que acaban perdiendo su capacidad de decisión.

Convivo con algunos de estos nuevos profesionales en peligro, pero la comodidad es tanta, la tranquilidad tan placentera y el dulce deslizarse de las horas y tareas es tan agradable, autista y ausente de problemas, que es imposible hacerles ver el peligro de reducir su actividad humana al pequeño universo que deja ver la ventana de un programa informático en la pantalla de sus ordenadores.

El hombre, el ser humano, se retira del frente, abandona el centro y eso es tremendamente peligroso, pues si la actividad del hombre no se centra en el hombre, los beneficios de sus acciones acabarán, de forma segura, en manos de "entes" cuya humanidad no existe: alimentaremos al enemigo en detrimento de nuestros hijos y nietos. La tecnología empieza a evitarnos demasiados afanes y trabajos que deberían permanecer como actividad únicamente humana y sin embargo, el robo se nos presenta como si estuviéramos a punto de acceder a un maravilloso universo de indolencia en el que "todo nos será dado".

Como dice el título de este blog, soy un inadaptado que ha pasado de serlo de forma involuntaria a jugar a la contra de manera premeditada y estratégica, pues en el ámbito laboral me veo protegido por mi provecta ancianidad rodeada de "tecnolescentes" de poco más de 20 años; los mismos que se entregan sin luchar al dominio de esas máquinas capaces de "decir NO".

Puede que la casualidad de ayer viniera precedida de un aviso al que no veo que se haya dado demasiada importancia en la prensa y que me está haciendo cavilar desde que me enteré: la posible desaparición como ente independiente de la Facultad de Filosofía y letras de la UCM. Según el rector, no pasa nada, según mi modesta opinión, si eso se lleva a cabo, es que la esperanza está muerta. Si la Universidad pierde al hombre como centro, todo será inútil, el cambio se habrá consagrado y el ser humano habrá perdido la preeminencia en favor de las "corporaciones" como entes finales y finalistas; corporaciones que se elevan por encima de cualquier ética, de cualquier cortapisa moral o que trascienden fronteras como las plagas de langostas en busca de nuevas fuentes de riqueza a costa de cualquier coste para el huésped que los sufre.

Estas Universidades, ya liberadas del hombre, serán capaces de formar y poner en circulación miles de nuevos profesionales "adaptados" a la más suave de las obediencias; promociones enteras de replicantes enseñados a dejar las decisiones en manos de los circuitos que gobiernan sus vidas entregadas a la nada.

Hemos perdido la rebeldía, la capacidad de mandarlo todo al cuerno y de incendiar las calles como, muy sabiamente, hicieron nuestros abuelos defendiendo al hombre en tantos campos de batalla. No defiendo la violencia, pero nos hemos instalado en un silencio mortal y en una indolencia culpable que hay que sacudirse de encima o lo perderemos todo. 

La tercera ola nos está ahogando, no está anegando bajo una tecnología de enorme potencialidad creativa que, como todo, tiene un lado tenebroso: el olvido del hombre en todas sus facetas, incluso en la de trabajador-productor, posición que estamos entregando a un sinfín de ingenios mecánicos computerizados, programados y enormemente rentabilizados por los dueños de ese nuevo centro de gravitación universal ajeno al hombre y sus miserias.